¿Qué hace la respiración por el cuerpo?

 La respiración implica dos fases: la inhalación y la exhalación. Si tiene dificultades para respirar, es posible que el intercambio de gases esté alterado, lo cual puede ser un problema de salud grave.




Inhalación

Al inhalar, el diafragma se contrae y se mueve hacia abajo. Eso aumenta el espacio en la cavidad torácica y los pulmones se expanden en ella. Los músculos que se encuentran entre las costillas también ayudan a agrandar la cavidad torácica. Estos se contraen para empujar la caja torácica hacia arriba y hacia afuera cuando inhalamos.

A medida que los pulmones se expanden, la nariz o la boca absorben aire. El aire baja por la tráquea hacia los pulmones. Después de pasar por los tubos bronquiales, el aire pasa a los alveolos, o sacos de aire.


Intercambio de gases

Cada vez que inhala, el oxígeno del aire que inhala pasa por las paredes delgadas de los alveolos hacia los capilares que los rodean, donde las células sanguíneas lo captan usando una proteína llamada hemoglobina. Al mismo tiempo, el dióxido de carbono, un gas de desecho, es transportado nuevamente a los pulmones desde las células del cuerpo, intercambia el lugar con el oxígeno y vuelve de la sangre de los capilares a los alveolos.

La sangre cargada de células sanguíneas con alto contenido de oxígeno pasa al lado izquierdo del corazón por las venas pulmonares. Luego el corazón bombea la sangre oxigenada al resto del cuerpo, donde pasa de los vasos sanguíneos a las células. Las células necesitan ese oxígeno para producir la energía que el cuerpo necesita para funcionar. Cuando las células producen esa energía, crean el producto de desecho dióxido de carbono. Ese dióxido de carbono debe ser eliminado de la sangre y del cuerpo, por eso sale de las células y vuelve a la sangre.

Una vez que está en el torrente sanguíneo, el dióxido de carbono vuelve al corazón, donde ingresa por el lado derecho. Desde allí pasa por la arteria pulmonar a los pulmones, donde sale de los capilares y vuelve a los alveolos en el intercambio con el oxígeno que ingresa. Desde los alveolos, el dióxido de carbono vuelve a ser exhalado.

Exhalación

Al exhalar, el diafragma y los músculos costales se relajan, y eso reduce el espacio de la cavidad torácica. A medida que la cavidad torácica se achica, los pulmones se desinflan, algo parecido a lo que ocurre cuando se deja salir aire de un globo. Al mismo tiempo, el aire con dióxido de carbono sale de los pulmones por la tráquea y luego se exhala por la nariz o la boca.

La exhalación no requiere ningún esfuerzo del cuerpo, a menos que haya enfermedad pulmonar o se esté realizando actividad física. Al realizar actividad física, los músculos abdominales se contraen y empujan el diafragma contra los pulmones incluso más que lo habitual. Eso hace salir el aire rápidamente de los pulmones.




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